Marta tenía 22 años y competía en atletismo desde los 12. Medio fondo. Resistencia. Constancia. En 2023, estaba en su mejor temporada: había batido su marca personal en 800 metros y se preparaba para el campeonato regional cuando una molestia en la cadera comenzó a interferir en sus entrenamientos. 

Como muchos deportistas, pensó que era una sobrecarga pasajera. Decidió seguir. 

Un error común, pero costoso. 

Una fractura por estrés que lo paró todo 

Tras varias semanas de dolor creciente y una caída entrenando, una resonancia confirmó lo inevitable: fractura por estrés en el cuello del fémur. 

Reposo absoluto. Baja competitiva. Adiós a la temporada. 

Marta lo describía así: “Era más frustración mental que dolor físico. No solo te lesionas la pierna, se te parte un plan entero.” 

Pero también fue el inicio de algo que no esperaba: su transformación como deportista. 

Un plan de recuperación que va más allá del cuerpo 

Marta empezó fisioterapia a las pocas semanas, con un equipo que no solo la trataba, sino que monitorizaba cada fase del proceso: fuerza, movilidad, dolor, apoyo. 

Le dieron acceso a su historial médico y ejercicios a través de una plataforma digital, con informes que podía compartir con su entrenador y médico deportivo. Eso le permitió tomar mejores decisiones, incluso cuando sentía ganas de apresurarse. 

“Tenía claro qué podía hacer y qué no. No era entrenar por intuición, era confiar en los datos.” 

Regresar con la mente más fuerte 

La lesión duró 6 meses. Pero Marta volvió. Más fuerte. Más consciente. Y más conectada con su cuerpo. 

Hoy, además de competir, estudia fisioterapia y da charlas en su club sobre prevención de lesiones. Porque entendió que federarse no solo es competir; es también cuidarse, informarse y respetar los tiempos del cuerpo. 

Itegra como aliada silenciosa en el proceso 

Casos como el de Marta son más comunes de lo que parecen. Y por eso, plataformas como Itegra ayudan a centralizar la información médica, coordinar al equipo de salud y facilitar un seguimiento estructurado que mejora la recuperación. 

No reemplazamos al profesional, pero lo potenciamos. Porque un buen tratamiento no es solo una receta: es una red que funciona mejor cuando está conectada. 

Conclusión: lo que aprendes cuando te paras 

Lesionarse no es el final. A veces es solo una pausa que te obliga a conocerte mejor, a dejarte ayudar, y a volver con más cabeza que antes. 

Como Marta.